Néstor Ramiréz Gavedia:
Nació el 4 de marzo de 1917, en el pueblo de Ámbar. Sus padres fueron don José María Ramírez Carpio y la señora Petronila Gavedia Caldas. Su primaria lo realizó en Ámbar y su secundaria en Huacho, años más tarde se graduó como profesor de Educación Primaria. Laboró en Caral, Ámbar y Carquín donde se jubiló y obtuvo licencia como médico naturista. Se casó con la profesora Alcira Soto Salazar, también ambarina que le diera 5 hijos, José Francisco, Ada Elena, Nora Fabiola, Néstor Salomón y Maria Alcira. Murió el 9 de enero de 1974, en Huacho.
Producción Literaria: Entre sus poemas destacan: “Ámbar”, “El Sueño del Pelicano”, “El León Dormido”, “El Cisne”, “El Viejo Roble”, “Nostalgia”.
NOSTALGIA
Cuando una flor triste languidece,
cuyos pétalos van cayendo lentamente
y van muriendo sin aroma, sin ternura,
expirando en nítida blancura,
dirás: NOSTALGIA.
Cuando de lágrimas cristalinas,
se cubran dos luceros sin fulgor,
y rueden del corazón al suelo,
en triste desconsuelo
dirás: NOSTALGIA.
Cuando el viento adolorido,
llore errante en tu ventana,
cuando nadie se apiade,
de su queja lastimera,
dirás: NOSTALGIA.
Cuando una tarde doliente y sola,
teñida de rojo aseptil,
cubra el cadáver de un sol suicida,
que oculta sus luces en el mar añil.
dirás: NOSTALGIA.
Cuando en un árbol desnudo,
al pie de sus hojas muertas,
en unos de sus ganchos retorcidos,
una ave canora pía enloquecida,
dirás: NOSTALGIA.
Nostalgia es el vacío del alma,
es la falta de amor y de calma,
es el rictus del beso en labio yerto,
es cual ansia de sed en el desierto.
ÁMBAR
Al comenzar el contrafuerte andino,
dos jircas ondulantes serpentean,
siguiendo la ruta del sol naciente,
cual eternas doncellas duermen.
En mis jircas, más abajo en la lomada;
las casitas blancas esparcidas,
descansan quietas, inmutables;
cual parvada de blancas palomas,
que sueñan a la caricia de una tarde
muda, sombría; esquiva y fenecida.
Al fondo entre mis jircas,
humilde corre cristalino arroyo,
cantando glu glu y formando fuentes,
pero a veces devora rugiente,
como puma sanguinario andino,
cuando con estrépito chispazo,
pasan llorando las neblinas.
Aldeana, aldeana enamorada!
ignoras tú, el nombre de tu pueblo?
su origen viene de una flor morada,
que cuando marchita, color ámbar languidece.
cual los pálidos destellos,
de los suspiros de una tarde en agonía.
Tarde ambarina!
Tarde azafrán!
Flor ambarina!
Tienes extraños perfumes,
Sedosas caricias
Y rumores de besos,
En mi corazón.
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